El corte de cola es la amputación de la cola de un perro de acuerdo a las recomendaciones del standard de raza. Se amputa la cola con tijeras quirúrgicas, una navaja o una liga de hule. El corte atraviesa muchos nervios altamente sensibles en los tejidos, incluyendo piel, cartílago y hueso. Este procedimiento se lleva a cabo sin anestesia a los 3 a 5 días de nacido el perrito. Hay mucha evidencia de que la amputación es dolorosa para el perro. El cachorro ya tiene un sistema nervioso totalmente desarrollado y un bien desarrollado sentido de el dolor.
Las orejitas son cortadas cuando el cachorro tiene de 8 a 12 semanas de edad. En esta etapa de su desarrollo el trauma del procedimiento puede tener un gran impacto psicológico en el perrito que apenas está madurando. El proceso de vendar las orejas de un cachorro para obligaras a permanecer erectas después de que han sido cortadas puede ser dolorosísimo para el perro.
Una tradición cruel
Hay cerca de 70 razas de perros a los cuales tradicionalmente se les corta la cola. Mucha gente piensa que razas de perros con la cola corta (que incluyen Rottweilers,la mayoría de los terriers, spaniels, etc.) ya nacen así pero no es verdad. Las razones por las cuales a algunos perros se les cortan la cola y orejas y a otros no son simplemente por la moda que impone una cierta raza.
La práctica de corte de cola y orejas es tan cruel que algunos países ya la han prohibido, entre ellos Noruega, Suecia, Suiza, Chipre, Grecia, Luxemburgo, Finlandia, Alemania, Australia, e Inglaterra.
Los perros han evolucionado a su forma actual durante muchos miles de años. Si la cola no fuese necesaria para un perro, la selección natural ya la hubiese eliminado hace mucho tiempo. Las colas tienen muchas funciones útiles y son importantes para el equilibrio del perro y su lenguaje corporal, entre otras cosas. Los perros se comunican con sus humanos y con otros perros usando sus orejas y cola.
Nosotros los humanos tenemos el poder de decidir si queremos hacernos cirugías estéticas, pero los perros no tienen tanta suerte. Nosotros elegimos por ellos, y con frecuencia elegimos procedimientos dolorosos e innecesarios. Es ridículo someterlos a estos procedimientos que simplemente perpetúan la imagen de los perros como accesorios de la moda.
Si los humanos queremos aumentarnos los senos, respingarnos la nariz o hacernos orificios es nuestra decisión, pero el someter a los animales a semejante tortura en aras de un “standard de raza” es simple crueldad, y como tal debe de ser condenada.
Siempre me ha parecido curiosa la persona que se excusa de que no ha esterilizado a su perro diciendo que “es muy caro” y sin embargo no dudó en pagar mucho dinero por el corte de orejas y cola. A veces así son de absurdas las excusas que usamos para no cumplir con nuestras responsabilidades.
Por: Irene Herrera con información de PETA y de la Asociación Australiana de Veterinarios.