El gato negro, mitos y realidades

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En la actualidad, el gato negro tiene en nuestra cultura una connotación negativa, surge como símbolo de mala suerte, de lo maligno, se le relaciona con brujas, con herejes y hasta con el mismo diablo. Pero no siempre fue así.

El felino doméstico viaja del continente africano a Europa, donde se posiciona como un compañero de vida de los humanos. Al llegar la Santa Inquisición por motivos de poder político entre Iglesia y Estado, se impone un régimen basado en la persecución y el terror, acosando a quienes eran sospechosos de adorar al diablo. Una de las “señales” de esto era el poseer un gato negro. De ahí surge la actual simbología negativa de este elegante animal que es igual que cualquier otro felino. Se persiguió y dio cruel muerte por igual a herejes y gatos, llegando a un punto tal que en Europa había escasez de gatos. Esta falta de felinos ocasionó el crecimiento y descontrol en la población de ratas, y aunado a las pobres medidas de higiene, se desarrolla la peste, epidemia que arrasa con millones de vidas. Al llegar Napoleón Bonaparte al poder, personaje que odiaba a los gatos, importa felinos a Europa para aliviar el azote de la peste, y promulga leyes que protegen al gato de ser maltratado y condena a quienes en su camino si encuentran un gato, no lo alimenten o lo auxilien.

Con la conquista española de nuestro continente, los pobladores de América heredamos cultura y religión occidentales, y con la religión, la herencia de satanizar al gato negro entre otros símbolos. Esta visión equivocada permanece hasta nuestros días por la ignorancia y falta de educación de la población ante el gato, que es un animal dócil, limpio y de muy sencillo cuidado, totalmente casero y adaptable a nuestros espacios, sean grandes casas campestres o pequeños departamentos.

Esta ignorancia motiva incluso acciones violentas en contra de los gatos. En Red Pro Gato y otros grupos similares, hemos tenido tristes experiencias de rescatar gatos sumamente maltratados por las prácticas ignorantes y crueles, sin respeto alguno par la dignidad del animal, siendo en muchas ocasiones el color negro el motivo de estos malos tratos. Esto es una traducción al reino animal de la discriminación entre personas de distintas características físicas, olvidando que todos los seres vivos sentimos igual y somos merecedores de respeto, más allá de si hablamos, maullamos o ladramos.

Monica Lepe Aguilar.
Red Pro Gato, Grupo Privado GDL.
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