Las cataratas son la causa más frecuente de ceguera en perros y gatos. La mayoría son de origen hereditario, es decir que no tienen una causa externa que las provoque, sino que el perro o gato ya nace con esa tendencia y hacia los 6 años comienza a manifestarse.
Un breve repaso de la anatomía del ojo servirá para comprender de qué se trata. Dentro del globo ocular, por detrás del iris se encuentra el cristalino. Es una lente bi-convexa totalmente transparente que transmite y refracta la imagen hacia la retina, que es el tejido neurológico que está en el fondo del ojo. En las cataratas se deposita material dentro de la matriz del cristalino y éste deja de ser transparente. Al principio opaca la visión, como si el animal viera a través de un vidrio esmerilado. Con el tiempo se va opacando cada vez más (catarata madura) hasta que llega a bloquear totalmente la visión. Si bien el resto de las estructuras del ojo funcionan bien y conservan la capacidad para ver, el cristalino con cataratas bloquea el paso de la imagen.
Si bien la mayoría de las cataratas son hereditarias, también pueden producirse como consecuencia de la diabetes o de un traumatismo. En los casos de cataratas secundarias a diabetes la opacidad del cristalino aparece casi de un día para el otro. Esto resulta muy traumático para el animal. Ya que no ha tenido la oportunidad de “acostumbrarse” a la pérdida progresiva de visión. En estas situaciones se ve que choca contra objetos y se muestra asustado y nervioso. En cambio cuando el avance es progresivo no resulta tan estresante y el perro o el gato se acostumbran a manejarse con escasa visión. Muchas veces es difícil darse cuenta si un animal puede ver o no al observarlo moverse en su medio.
Si un animal tiene este problema en sus ojos se observa la pupila con un tono gris azulado o blanco, según qué tan avanzado esté. La contracción de la pupila ante una luz (reflejo pupilar) se vuelve más lenta, incompleta o está totalmente ausente. En algunos perros la opacidad en los cristalinos progresa tan lentamente que nunca llega a enceguecerlo, pero en otros el proceso es más rápido.
No existe un tratamiento médico (con medicamentos o gotas) que cure, prevenga o detenga el avance de las cataratas. El único tratamiento efectivo conocido para este problema es la extracción quirúrgica del cristalino opaco. Hasta hace algunos años la cirugía podía tener varias complicaciones y además no se implantaban lentes intraoculares, por lo que se sugería no hacerla hasta que el animal estuviera completamente ciego. Esto no es una crueldad; tal como se dijo antes, un animal ciego puede hacer una vida casi normal en su casa y no depende de su visión tanto como de su olfato u oído. Sin embargo la técnica ha ido progresando y ahora el porcentaje de éxito es más alto, por lo cual se puede operar antes y preservar la visión. Además las cataratas maduras generan inflamación en el ojo, lo que aumenta la probabilidad de complicaciones. Incluso pueden colocarse lentes intraoculares que dejan al animal con una visión absolutamente normal. Antes estos lentes no se usaban, solo se extraía el cristalino opaco y el animal recuperaba solo una visión bastante borrosa, pero mucho mejor que la anterior a la cirugía.
Este tipo de cirugía requiere equipamiento especial, como un microscopio, un facoemulsificador e instrumental específico, por lo que la realizan solamente veterinarios especializados en oftalmología. Una vez que el cristalino ha sido extraído, las cataratas no pueden volver a formarse, por lo que esta cirugía es curativa.
Siempre que sea posible hay que realizar antes de operar los estudios necesarios para comprobar que la retina funciona normalmente (electro retinografía). Esto se debe a que si la retina tuviera algún problema el paciente no recuperaría la visión aunque la cirugía de cataratas sea un éxito.
En el caso de que tu mascota padezca de cataratas, habla con tu veterinario sobre las ventajas y desventajas de realizar la cirugía, el porcentaje de éxito que se obtiene en el país o la ciudad donde vives, cuando conviene practicar la operación, si se opera uno o ambos ojos y los cuidados post-quirúrgicos que deberás tener. Además aclara todas las dudas que tengas al respecto antes de decidir si llevarla a cabo o no. Los perros agresivos o muy nerviosos en general no son buenos candidatos a la cirugía porque dificultan mucho los cuidados posteriores. Como para cualquier otro procedimiento que requiera anestesia general, será necesario hacer una evaluación completa del estado de salud de tu mascota, sobre todo porque se trata en general de pacientes de edad avanzada.
La cirugía de cataratas es muy delicada. Antes y después del procedimiento deberás administrar a tu mascota gotas en los ojos para evitar la inflamación y prevenir infecciones y además te indicarán el uso de un collar isabelino para evitar que se frote los ojos y malogre la cirugía. También será necesario llevarle a control varias veces en los primeros días posteriores. Durante dos semanas es muy importante evitar cualquier tipo de traumatismo y alejar al paciente de otros animales que pudieran causar algún daño. Se recomienda evitar baños estresantes o ejercicio excesivo. Estos cuidados posteriores son tan importantes para el éxito del procedimiento como la técnica quirúrgica en sí, de modo que si decides operar a tu perro asegúrate de poder cumplir con esta segunda etapa para aumentar las probabilidades de que todo salga bien y tu mascota recupere su visión.
NOTA DE ADOPTA GUADALAJARA: Actualmente en Guadalajara no se cuenta con especialistas en oftalmología canina. Cuando tenemos la visita de algún especialista ( que por ejemplo viene de visita), lo publicamos en el muro de facebook, para que las personas interesadas puedan hacer cita y que incluso, a veces nos apoyamos en médicos oftalmologos de humanos, que en conjunto con médicos veterinarios proceden a diagnosticar, tratar y operar los padecimientos de nuestros canes y felinos.
Autor: Dra Isabel Iglesias
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