El marcaje territorial en los cánidos

Contrariamente a lo que se cree generalmente, la hembra marca su territorio tan bien como el macho. El instinto territorial es muy potente y el perro obligado a vivir en el interior, ha aprendido a inhibirse, salvo en casos extremos por ejemplo: si otro macho extraño se ha detenido en sus muros, procede por reflejo al mareaje.

Pocos estudios han sido consagrados a este fenómeno que es idéntico en las mismas especies, sean cánidos salvajes o domésticos.

La etología, que favorece las medidas directas de comportamientos habitualmente manifestados por el individuo, va a permitir establecer la lista de comportamientos directamente observables.

Por la observación o la experimentación en las zonas tipo, se puede llegar a comparar diferentes sujetos en la misma situación o comparar el mismo sujeto en diferentes situaciones.

EL MARCAJE POR LA ORINA

Es preciso diferenciar el mareaje del adulto para apropiarse de un territorio o conservarlo, de el cachorro que desea tranquilizarse reconociendo su olor. El cachorro se contenta con orinar donde había dejado su marca en el exterior del nido, el cual no quiere manchar. Este reflejo de micción es autónomo realmente hacía las tres semanas; previamente, sobre todo en la primera semana, es la madre la que desencadena a través de lamidas en la zona perianal (de ahí la importancia de este tipo de masajes en esta zona en los perritos huérfanos).

Orina de la misma forma que la mayor parte de las hembras, en posición agachada. Este comportamiento permite situar la propiedad en la casa por el sistema de periódicos, pues se guarda siempre una hoja ligeramente impregnada, susceptible de incitar a volver a la zona que se ha elegido.

El cachorro sumiso y sensible al encuentro del maestro, por naturaleza (dominado), o bien adquirido (malos tratos), orina por reflejo desde el momento en que éste se aproxima. Este comportamiento subsistirá en el perro dominado por el maestro.

El macho no comienza a marcar su territorio hasta el momento de la pubertad, hacía los 8 ó 9 meses según la raza. Este sentido de la propiedad va a la par con una agresividad defensiva que no tiene por que manifestarse. Las hormonas sexuales tienen una acción sobre el cerebro, resaltando el comportamiento general del individuo.

En la hembra, parece que este instinto no se desarrolla hasta más tarde, después del segundo o tercer celo. El mareaje persiste toda la vida aunque el perro se encuentre impotente y no pueda elevar su pata sin perder el equilibrio, se posicionará por encima de la zona impregnada para dejar allí su huella.

El macho castrado por su parte, levantará la pata en las mismas condiciones, aunque haya una regresión neta en la función del mareaje.

En fin, un macho que vive en manada y muy dominante, o bien criado con sus padres en situación de hijo permanente, conserva mucho tiempo el mareaje -cachorro, en posición erguida con las cuatro patas en el suelo-.

COMO MARCAR

a) POR LA ORINA

De los estudios practicados sobre la frecuencia y la manera de marcar, reseñamos:

Hay que diferenciar, orinar para aliviar la vejiga y la actividad de mareaje que es constatada por el hecho de apuntar una zona, así como por las idas y vueltas alrededor antes del acto.
El 97% de los machos orina con la pata levantada en una proporción del 70% del mareaje real. El 93% de las hembras orinan agachadas con una pata parcialmente levantada con un 18% de mareaje real.
Se han estudiado los lobos en el norte de los Estados Unidos. Los lobos inmaduros o subordinados orinan en posición agachada. Los individuos solitarios orinan menos con la pata levantada que los que viven en grupo.
En la posición de pata levantada, existe una emisión de 3 cm3 de orina, en tanto que en posición de cuclillas, ésta es de unos 6 cm3.
Un solitario (lobo, perro) orina cinco veces menos que si está en pareja.

Otros investigadores han estudiado sobre el terreno el comportamiento de orinar, estas observaciones están basadas sobre los puntos de marca, las medidas cuantitativas, el radio olfativo o la búsqueda de puntos claves.

Después de un estudio personal sobre el perro doméstico en zonas determinadas de frecuencia diaria, (terreno abandonado cerca de un bloque de casas) donde los perros son dejados por la mañana para hacer sus necesidades, sin la presencia de los propietarios. Al igual que en zonas de frecuencia esporádica (Club de Educación Canina abierto dos veces por semana) y durante un periodo de 2 años, podemos dividir el comportamiento de mareaje de la manera siguiente:

La posición del mareaje por la orina es característica en el perro doméstico. Está ligada a la raza por diferencias morfológicas; por otra parte, el temperamento y la situación jerárquica del individuo influye en la posición.

1 ° La pata es elevada a la horizontal o más alto (70% de los machos): Generalmente se trata de un dominante, muy seguro sobre los principios de prerrogativas territoriales. En sus contactos con los otros machos, él espera una actitud humilde de los demás; la menor resistencia entraña el ataque inmediato, que no cesará hasta que el rival adopte la postura de sumisión.

2° La pata se eleva por debajo de la horizontal (25% de los machos): Se trata de un perro tranquilo, a menudo dominado; a este perro no se le puede clasificar en la categoría de los dominadores absolutos.

3° Una pata levantada por encima de la horizontal en cuclillas (15% de las hembras): Es el mareaje característico de la hembra dominante, muy raro.

4° Una pata levantada por debajo de la horizontal en cuclillas (el 8% de las hembras): Mareaje de la hembra de tipo dominado.

5° Las cuatro patas en contacto con el suelo en cuclillas (75% de las hembras): Es la manera habitual de orinar de la hembra o del cachorro inmaduro. Se observa en las hembras gestantes, un mareaje intensivo antes del parto, ademán junto con escarbamiento del suelo, limpieza, depósito de los pelos. Esto a fin de tranquilizarse y mandar mensajes categóricos.

6° Las dos patas traseras en el aire yendo hacia atrás: Se encuentra a menudo esta forma de mareaje en pequeñas razas, tipo terrier.

EL LUGAR ELEGIDO

Los mojones fronterizos tienen muy buena fama: árbol, poste, matorral. Estos actúan como los escapes de gas inmortalizados por los humoristas: El chorro se sitúa a la altura de la nariz si es posible, para ser rápidamente detectados.
Estas zonas de mareaje son seleccionadas por su emplazamiento que favorece la propagación del mensaje, tal y como los hombres eligen el lugar donde van a colocar el cartel «PropiedadPrivada», «Prohibido el paso» o «Coto de caza».
Estos mareajes son poco numerosos, pero deben de ser renovados cuantas veces se pueda.

b) MEDIANTE LOS EXCREMENTOS

Algunos investigadores niegan el mareaje por los excrementos en el perro, sin embargo, éste existe y se puede observar en cánidos salvajes como el coyote o en el chacal, aunque no sea tan manifiesto como en el caso de la hiena donde se asiste a una verdadera defecación comunitaria ritualizada sobre las fronteras territoriales de clanes de 30 a 80 individuos.

El principio es el mismo, siempre en dos puntos concretos, elegidos de manera totalmente estratégica. La postura está prevista para situar las heces, cuanto más alto mejor. Algunos perros consiguen incluso ponerse de pie sobre las patas anteriores, con los cuartos traseros levantados, para dejar su firma más arriba.

Este mareaje esta acentuado por el frotamiento (escarbar) de las cuatro patas en tierra (que realiza como condicionante a un reflejo incluso sobre las calles alquitranadas de una ciudad) lo cual permite depositar el olor que despiden las glándulas situadas en las almohadillas plantares.

c) POR VOCALIZACIÓN

Se han llevado a cabo estudios, de ellos y como enseñanza se puede sacar que en los lobos, los ladridos son un código informativo, un verdadero lenguaje elemental. El lobo es capaz de diferenciar entre un aullido verdadero y una grabación en un magnetoscopio, al igual que la mayoría de los perros que no reconocen las voces más que si son emitidas por animales de carne y hueso.

Gracias al sonograma, se pueden registrar los aullidos y diferenciar a cada individuo porque cada sujeto tiene unas características vocales personales.

Así los lobos son capaces de llevar a cabo una identificación mutua con el reconocimiento y la delimitación del territorio propio a cada grupo o familia, lo cual permite evitar los enfrentamientos mediante la advertencia dada.

En el caso de nuestro perros, los aullidos y ladridos sirven igualmente para definir una zona territorial y para impedir las intrusiones de extraños. Son los ladridos sobre todo los que sirven de advertencia a distancia. Cada grito puede ser analizado, esto permitirá identificar al individuo, ya que se descompone según la intensidad (fuerte o débil), la amplitud (emisión breve o larga), el registro (alto o bajo), la frecuencia (número de veces, acelerado o ralentizado), el timbre, las armonías, etc.

DEFINICIÓN TERRITORIAL

No hay que confundir, territorio y dominio vital, que estando los dos marcados, son defendidos de forma específica.

El territorio es una superficie ocupada y defendida por uno o varios animales, sobre la cual ningún otro individuo extraño a la estructura social es tolerado. Tal es el caso de la casa o del jardín.
El dominio vital es un espacio recorrido por un individuo o un grupo organizado en el transcurso de sus desplazamientos cotidianos. Los límites son fluctuantes, se pueden cruzar. Para nuestro perros, es la calle o el parque de juegos.

Las distancias o espacios son variados, influenciando directamente los comportamientos de mareaje y defensa territorial.

Se pueden dividir de la siguiente forma:

1.- Distancia entre dos grupos vecinos.

2.- Distancia social entre congéneres (olores mezclados).

3.- Distancia individual, pericorporal, propia del individuo.

4.- Distancia de huida ante una especie extraña.

5.- Distancia crítica. Si es alcanzada y el sujeto no puede huir, la fuga se transforma en agresión.

MENSAJES TRANSMITIDOS POR EL MARCAJE TERRITORIAL

A través de la orina, el perro percibe gracias a su sentido olfativo muy desarrollado, si se trata de un macho, de una hembra, un cachorro, la edad del individuo, su estado de salud, su posible carácter dominante (tasa de hormonas masculinas elevada). Determina el tiempo que ha pasado desde el mareaje y si ha dejado una señal de alarma, una amenaza o una invitación. El comportamiento del «husmeador» se adaptará a la percepción del mensaje según su propio estatuto social; evitación, remarca del anterior mareaje, pelo erizado, etc.
Para reforzar su olor personal, el dominante es capaz de rodar sobre el cadáver de un animal en estado de descomposición. El macho puede mezclar su olor (orina) con el de la hembra en cuanto ella ha orinado, lo cual significa en los cánidos salvajes: «hemos dado a conocer nuestro enlace».

En los lobos, todos los miembros de la manada participan en el mareaje, el dominante, tiene la prerrogativa de elegir el lugar.

Las substancias químicas olfativas tienen una enorme importancia. Es suficiente una pequeña cantidad para que el mensaje sea claro y desencadene en el receptor el comportamiento específico o el cambio psicológico necesario para la supervivencia. La agresividad y la sexualidad están dirigidas por las hormonas sexuales.

En la hembra es una glándula en la base del cerebro (hipófisis) la que segrega cíclicamente las hormonas (estrógeno y progesterona) que estimulan los ovarios. A través de los residuos que persisten en la orina, el macho es informado sobre el estado del estro (se le verá babear). Cuanto más aumenta la receptibilidad sexual de la hembra, existirá más tendencia a marcar, cosa que incitará al macho a lamer el depósito para estimularse todavía más.

En el caso del macho, la estimulación por secreción de hormonas (testosterona) es continua. El dominante, segrega aún más hormonas masculinas; marca más a menudo que los otros. Las glándulas que facilitan el mareaje están situadas en el pene o alrededor del ano, así como en las patas. Cuanto más fuerte es el mareaje, más se impone al paso del tiempo.

ESTIMULACIÓN Y MARCAJE

El perro sometido tiene tendencia a marcar en cuanto siente un acontecimiento como un peligro potencial; a menudo, frente a algo insólito (no hay que confundirlo con la micción debida al miedo o a la persistencia del comportamiento juvenil).

Si por ejemplo, dejan en vuestro jardín un coche, es completamente normal que el perro lo marque con un chorro de orina, es un objeto desconocido que puede entrañar peligro.
Algunos perros, por suerte muy raros, no dudan en marcar a los miembros de la familia en cuanto vuelven a casa, tras haber estado en contacto con otros perros.

También se han observado lobos que marcan la toma de posición de una presa abatida a fin de evitar que sus congéneres se sirvan de ella sin su permiso.

Se puede tratar de una autoestimulación frente a un peligro con el fin de prepararse para el combate o reforzar psicológicamente su fuerza.

En las calles, el perro tiene medios para evaluar el tiempo de paso de sus congéneres y así, evitar el enfrenta-miento. Se ha notado en el caso de los perros salvajes (asilvestrados), un periodo cotidiano de dos a tres horas, correspondientes alrededor de los mojones fronterizos para identificar los eventuales pasos por ese lugar. Anotemos la persistencia del reflejo de levantar la pata en el individuo que incluso sin ganas de orinar, sigue haciendo el gesto.

Un perro al cual incapacitamos para olfatear, imita a sus congéneres. El estímulo visual que consiste en ver a otro perro marcar, es lo bastante fuerte para incitarle a actuar de igual modo.

UNA NECESIDAD PSICOLÓGICA

El marcar un territorio, es una necesidad psicológica para los perros domésticos y no es bueno siempre desinfectar en cierta medida, las perreras por ésta única razón. A veces es suficiente con borrar esta «firma» para ver aparecer trastornos del comportamiento.
La posibilidad de establecer un territorio, aumenta los márgenes de supervivencia y de protección contra los depredadores. El animal se siente a gusto para criar sus pequeños y evitar los combates sociales permanentes, etc.

En el análisis olfativo de un mareaje, el perro descubre el carnet de identidad del individuo, ya que ningún olor es semejante a otro.

Los cánidos manifiestan su sentido de la propiedad de manera visual, auditiva pero y sobre todo, su sentido principal el que es solicitado, este por el cual perciben en primer lugar el mundo: el olfato. Los científicos de la fauna canadiense ¿no dicen acaso que los lobos son atraídos por el perfume de CHANEL N° 5?.

http://www.sabemosdeperros.com/index.asp?pag=marcaje

Fuente: Revista “Nuestros perros”, nº 6 Julio-Agosto 1998