El gato, basa su relación con sus dueños en un verdadero pacto de tolerancia recíproca, sin que exista una figura dominante. De allí que éste sea su aliado a la hora de buscar alejar el estrés y la soledad. Son tantos sus beneficios para la salud del ser humano que podría decirse que, en general, una persona es mucho más saludable cuando tiene un gato a su lado.
El gato nos enseña a estar relajados con conciencia. Su ronroneo fomenta las emociones positivas y sus pequeñas señales de afecto son muy bien recibidas por sus dueños. El gato es uno de los animales recomendados como terapia especialmente para personas que están o se sienten muy solas y no pueden dedicar mucho tiempo al cuidado de su mascota.
Hay estudios suficientes para afirmar que tener un gato es beneficioso para la salud. El amigable contacto con el felino reduce el estrés en sus dueños, se distienden y se tranquilizan. Se ha verificado también que personas con problemas psicológicos mejoraban al tener la compañía de un gato.
Su acción benéfica cubre también a personas discapacitadas y en las que sufren trastornos mentales o emocionales como el autismo, el Síndrome de Down, la hiperactividad infantil, los desórdenes en la conducta, la depresión e incluso la violencia doméstica, ya que se ha descubierto que los hombres que maltratan a sus mujeres suelen contar con antecedentes de crueldad con los animales en su infancia. Por eso ahora, en los Estados Unidos, se están concentrando en la utilización de gatos en terapias para mejorar la relación con ellos desde la niñez y así prevenir estos episodios.
El beneficio que aportan estos felinos también es físico, ya que ayuda a la disminución de los niveles de presión sanguínea, el aumento del índice de supervivencia de los pacientes que ya han tenido algún episodio cardíaco, el descenso de los niveles de colesterol y del estrés.
En Estados Unidos, una investigación confirmó que gente con problemas de corazón progresaban hacia la mejoría con más prontitud con terapias felinas. Debido a que sube más alto las tarifas de supervivencia de un año después enfermedad coronaria, por lo que los propietarios de gatos tienen menor probabilidad de morir a consecuencia de un infarto.
Ayudan a relajarnos
Gracias a que los felinos nos enseñan a relajarnos sin perder contacto con la realidad, puede ser beneficioso su contacto con personas muy nerviosas ya que ayudan a relajarse. Es así como en medicina, se están convirtiendo en coterapeutas capaces de ayudar a los enfermos convalecientes por el simple hecho de estar presentes.
En España, la Fundación Purina dispone de varios programas de terapia. Esta fundación también promueve la terapia para niños autistas o con problemas de comportamiento patológico.
Los gatos no pueden curarles, pero se ha comprobado que mejoran, a los deprimidos les devuelven la sonrisa, calman y fortalecen a los enfermos, ayudan a personas con cardiopatías, a enfermos de Sida, a marginados por la edad, la justicia o la soledad.
Acaricia a un gato
En Estados Unidos está científicamente confirmado que acariciar a un gato libera las tensiones que tenemos y el stress. Psicólogos de San Francisco (EE.UU.) tenían pacientes con un alto grado de ansiedad y obsesiones, hicieron que acariciaran un gato de manera metódica, durante unos meses y se logró que se redujera notablemente lo que padecían. Se comprobó también que escuchar ronronear a un gato sobre sus rodillas los ayudaba mucho. Los pacientes dijeron que en ese preciso momento sentían una gran sensación de seguridad.
Inténtalo en tu casa durante un tiempo y verás que es cierto. Siéntate con el gato en tus rodillas en una silla cómoda o en el suelo o acostado en la cama, en fin, un lugar que te resulte cómodo y tranquilo, y donde te guste tanto a ti como a tu gato. Relájate y piensa sólo en escuchar el ronroneo del felino. Observa su rostro y sus expresiones faciales. Nómbralo y fíjate en la forma en que te mira. Acarícialo detrás de las orejas, bajo el mentón, al costado de la cabeza y pasa suavemente la palma de la mano desde donde tiene las “cejas” hasta la mitad del cuerpo.
Verás que tu gato se encuentra relajado y muchas veces “amasan” de lo bien que se sienten. Prueba cerrar los ojos y solamente prestar atención a cómo va cambiando tu estado de ánimo al acariciar al gato, cómo se distiende tu cuerpo al estar con él, dejando de lado todo lo de la vida cotidiana que nos trae tantos malos ratos.
Si te gusta meditar, tu gato será un acompañante ideal, ya que ofrece relax y nos baja el ritmo cardíaco.
También beneficia a la familia
La familia también obtiene beneficios terapéuticos y psicológicos con los gatos:
* Impulsan y refuerzan la comunicación entre los miembros de la familia.
* Fomentan la responsabilidad en personas mayores y niños.
* No demandan tanta atención y cuidados como el perro.
* Refuerzan actitudes serenas, relajadas y exentas de estrés.
* Bajan nuestras constantes vitales en los momentos de afecto y caricias, dándonos seguridad y confianza.
* La compañía de un gato ayuda a aceptarse a uno mismo tal cual es, porque los animales no hacen juicios de valor ni diferencian entre guapos, feos, gordos, ricos o pobres.
Fuente: diariodelosandes.com