La higiene de tu gato

El gato es un animal limpio por naturaleza, suele pasar largos ratos acicalando su piel y pelo desde cachorro, incluso en grupos de gatos se acicalan unos a otros. Después de comer siempre se limpian sus manos y cara.

Pero tu gato requiere además de esto, tu atención a su limpieza. Los gatos, al igual que los perros, se bañan una vez al mes aproximadamente, puede ser un baño tradicional con agua tibia y cuidando de no mojar ojos, orejas y nariz, para después secar perfectamente, o bien, un baño en seco o con cepillado, todo depende del minino.

Si tu gato es de carácter tranquilo puedes bañarlo en tu propio cuarto de baño o bien aplicarle productos especializados para retirar la suciedad de entre su pelo. Si tu gato es nervioso, es recomendable encargar esta tarea a un Médico Veterinario. En la clínica el gato será atendido por personas expertas, quienes valorarán si tu gato requiere ser tranquilizado o no para su baño. En caso de que acudas a una clínica debes verificar muy bien que los médicos responsables sean personas sensibles al carácter de un gato, muy distinto al del perro, y no opten por tranquilizarlo solamente para hacer más fácil su trabajo. La anestesia utilizada puede deteriorar las funciones renales de tu gato entre otras consecuencias, de no utilizarse de forma adecuada. Si este es el caso de tu felino, debes espaciar los baños optando por métodos menos estresantes como no fallar en el cepillado al menos 3 veces a la semana (esto retira el polvo y la mugre superficial del pelaje), usar la espuma seca que se aplica como un mouse de cabello y se retira con cepillo sin dar a tu gato la sensación de humedad (pregunta a tu M.V.Z. por los productos recomendables), y también frotarlo con un paño húmedo.

Es sumamente importante estar atentos a las fechas de sus vacunaciones, desparasitaciones, cirugías, etc. y los tiempos que deben pasar antes de poder darle un baño a tu gato, esto lo debes consultar con tu Médico Veterinario.

Los gatos mayores o enfermitos pueden representar casos especiales de higiene, por ejemplo si no alcanzan a asearse de forma correcta después de comer o usar el arenero. En estos casos la mejor opción es la guía de un profesional.

Recuerda siempre que un gato limpio es un gato sano.

Mónica Lepe Aguilar

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Artículo publicado en la revista NARICES, nov. 2009.

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