Miedo a las tormentas

La mayoría de los perros sienten algún grado de inquietud durante una tormenta, sobre todo poco antes de que comiencen, mientras se escuchan los truenos. En general se ponen ansiosos, miran hacia todos lados como buscando el origen del sonido. Quizás sea un instinto ancestral que les indica que deben buscar refugio para no mojarse.

Este comportamiento es totalmente normal y si ves que tu mascota hace esto, no debes preocuparte en absoluto. El problema con algunos perros es que parecen volverse locos ante los primeros signos de que se avecina una tormenta. Ellos comienzan a correr de un lado a otro buscando donde ocultarse, pero si escuchan un nuevo trueno salen rápidamente a buscar otro sitio que les parezca mejor; a veces se lastiman patológica, pues se trata de una fobia, y debe ser tratada para el bienestar del perro y de la familia.

La solución “de emergencia” es usar un sedante ni bien el perro comienza a alterarse. Puedes preguntar a tu veterinario si tu mascota puede tomarlo, pues hay algunas restricciones en caso de edad avanzada y algunas patologías respiratorias o cardíacas. Los sedantes no harán que tu perro deje de tener miedo, pero sí entorpecen los movimientos lo suficiente como para evitar que se lastime. No son una buena solución a largo plazo, pues no corrigen la conducta sino que solamente la ocultan.

Una mejor opción son los medicamentos modificadores de la conducta, como ansiolíticos o antidepresivos. Estos deben ser recetados por un profesional veterinario, ya sea el clínico o un especialista en comportamiento. El tratamiento se realiza durante varios meses, a criterio del médico veterinario, y después se puede suspender o bajar la dosis según la evolución del animal.

Lo ideal es acompañar el tratamiento médico con un adiestramiento especial destinado a vencer el miedo descontrolado. Lo que se busca es crear en el perro una asociación positiva con las tormentas que haga desaparecer o disminuir el terror que estas le provocan. Para esto puedes consultar a un especialista o intentar hacerlo tú mismo. Este es un tratamiento engorroso y que requiere mucha paciencia y perseverancia, pero a la larga es el que mejor resultados tiene. Hay distintas formas de hacerlo, así que puedes escoger la que mejor se adapte a tu perro y a ti.

Una manera es grabar una tormenta fuerte y ruidosa y luego usar esta grabación para contracondicionar al perro. Lo que debes hacer es aprovechar momentos agradables para tu mascota para pasar la grabación en un volumen bajo, casi imperceptible al principio. Por ejemplo, cuando estás en el living de tu casa acariciando su abdomen o cuando estás jugando o dándole de comer, pones la grabación. Si no parece advertirla, sube un poco el volumen. Cuando notes que se inquieta, aumenta la intensidad del juego o las caricias, distráelo con algo placentero para que olvide el ruido. Esto lo repites, siempre en aumento hasta lograr que no le importe más. Fíjate muy bien de no intentar consolarlo, sino de distraerlo con alegría y actividad, pues si lo acaricias y le hablas como bebé y le dices “ya pasará, muy bien” y ese tipo de cosas solo estarás reforzando su conducta, pues él creerá que gemir está muy bien.

Si lo de la grabación no te parece una buena idea, puedes esperar a que haya una tormenta real y un rato antes de que el perro comience a mostrar miedo, lo sacas a pasear o a jugar a la pelota en el parque o cualquier otra actividad que a él le encante. Cuando comienzan los truenos y lo notas inquieto, haces lo mismo que en el ejemplo anterior: juegas más, le das alguna galleta, muéstrate alegre y sin temor, así le enseñarás una buena actitud y que no hay de qué asustarse.

Como dije antes, el adiestramiento lleva tiempo y paciencia, pero es la verdadera cura para este problema, pues logra que el perro deje de tener miedo.

También son muy recomendables, como en tantos otros casos, la homeopatía y las flores de Bach. Puedes preguntar a tu veterinario o a otros dueños de perros por un veterinario homeópata para llevar a tu perro. Las flores de Bach son totalmente inocuas y cualquier perro puede tomarlas, sin importar su edad o su estado de salud. Una fórmula para el miedo incluye Rock rose, Mimulus, Aspen, Chicory y Cerato. Se dan 4 gotas 4 veces al día todos los días, y durante una tormenta puedes darle 4 gotas de 8 a 10 veces, hasta que veas si se calma un poco. Estas gotas no son sedantes, pero pueden disminuir la ansiedad y el miedo.

Por último, también puedes probar un sedante natural, como la valeriana, el tilo, la pasiflora (o pasionaria) o la melisa. Estas hierbas se pueden administrar en forma de té, con un poco de leche para que el perro las acepte mejor, y algunas se consiguen también en píldoras. Puedes usarlas todos los días o sólo los días tormentosos, según lo que veas resulta mejor para tu perro.

Prueba el tratamiento que mejor se ajuste a tu mascota, a tus horarios y paciencia. Es posible que debas asociar dos o más para conseguir los mejores resultados, pero debes intentarlo para evitar que tu amigo sufra innecesariamente.

 Autor: Dra Isabel Iglesias, publicado en www.amordemascota.com