Los perros y gatos excesivos en las calles se convierten sistemáticamente en un problema que las administraciones coinciden en llamar de salud pública y que tienen dos soluciones: eutanasia o esterilización.
Si bien es cierto que los animales que viven en las calles son proclives a desarrollar enfermedades transmisibles al ser humano (enfermedades zoonóticas), hay razones éticas y económicas por las que la esterilización es mucho más conveniente que la eliminación de animales por envenenamiento o eutanasia.
La opción clásica que han tomado las autoridades es la eutanasia o eliminación sistemática de individuos “sobrantes”, por métodos crudelísimos y dolorosos (la estricnina, por ejemplo) o una inyección letal que, generalmente, es mal administrada y causa una muerte dolorosa y lenta.
Esta eliminación de animales sobrantes se convierte en una situación normal que no educa a la población en la tenencia responsable por sus animales de compañía: “total, si los boto en la calle ya los recogerá la protectora”. Esta es una mala manera de enfocar el problema, porque se cae en un círculo vicioso de sobrepoblación de animales, que lleva al abandono, causa de los animales callejeros, que son eliminados por eutanasia, y así sucesivamente.
Por el contrario, si se opta por la esterilización se actúa sobre la causa (se impide el nacimiento de nuevos individuos) y se promueve una alternativa más humanitaria al favorecer la salud de los animales (previene enfermedades de transmisión sexual entre los animales, transmisión de parásitos, mordeduras, focos de rabia, heridas por luchas territoriales, etc.) mejorando sustancialmente a su vez la relación que los animales establecen con su entorno (al detener la producción de hormonas sexuales, el animal tiende a calmarse y a quedarse en casa: ya no debe luchar por el territorio, por la reproducción ni por la hembra).
Muchas instituciones de salud animal, entidades animalistas o medioambientales, entre otras, promueven la esterilización como método efectivo de la sobrepoblación de animales. Dicho método es aplicado en los refugios o en operativos quirúrgicos a bajo costo para la población. Y esto último es muy importante, pues se requiere de una fuerte política de implementación e involucramiento ciudadano, con énfasis en la tenencia responsable de animales de compañía y la búsqueda de una mejor convivencia entre personas, animales y salud pública.
Fuente :Ecosofia.org